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Chile es un país que tiene un historial de apuestas, pero nunca ha tenido la oportunidad de hacer crecer su industria de iGaming. Durante la dictadura de Pinochet, solo los casinos físicos podían operar en el país. Posteriormente, el gobierno aprobó la Ley de Casinos de Chile y creó la Superintendencia de Casinos de Juego para regular la industria del juego. Desde entonces, el número de licencias de casino con dinero real ha aumentado a 24 y ahora la gente puede apostar legalmente en el país.